Lluvia en el minuto 45 del segundo tiempo: las lluvias caídas en estos últimos días llegan tarde en muchos casos, pero ayudan a frenar el deterioro de los cultivos más tardíos, a sembrar verdeos y pasturas, a tener rebrote de recursos forrajeros, y a recargar perfiles de suelo. Y, sobre todo, a levantar el ánimo luego de muchos meses de una sequía descomunal que puso en jaque a gran parte de las zonas productivas. Los pronósticos empiezan a hablar de un año Neutro, con lluvias más cercanas al promedio para este año. Como siempre, es el clima el que define los límites productivos.
Se mira y no se toca: se mira para arriba a ver si llueve. Se mira las pizarras para ver los precios. Se mira al campo para exprimir eficiencia y ajustar procesos. Se mira al banco para ajustar el financiero. Se mira al gobierno para ver qué conejo sacaran de la galera. Se mira la economía para ver cómo cubrirse. Todo se mira. Pero la renta no se toca por ahora, porque falta que avance la cosecha gruesa para entender el impacto de la sequía, falta ver si se frena la suba de los insumos para definir los planes futuros, falta que se confirme si la leche puede salir del cepo, si el mercado de la carne será intervenido o se acomodará solo, si los créditos a tasas razonables existirán o serán escasos, falta ver si la política usará de nuevo al campo para hacer caja en un año electoral. Falta, falta mucho para poder tocar el resultado. Ser empresario en nuestro país es perseguir una utopía, es correr una carrera de obstáculos. Atractiva pero complicada. El entrenamiento nunca concluye y debe ser permanente, remedando ese desafío deportivo llamado “la supervivencia del más apto”. Es duro, pero mejor estar advertido y preparado.
La cosecha ya no es lo que era: las nuevas estimaciones de cosecha sitúan un escenario productivo con mermas importantes. Utilizando datos de las distintas Bolsas, en soja se estima un promedio de 44 a 45 millones de toneladas (si no llovía ya se empezaba a hablar de 40 millones) y en maíz de 45 a 48 millones. Esto representa un 10% a 12% menos en soja y un 6 a 10% % menos en maíz, aunque para algunos analistas este sigue siendo un escenario imprevisto, En los próximos meses lo sabremos.
Qué hacer con los pesos agrícolas: muchas empresas están o van a estar con un excedente temporal de pesos cuando avance la comercialización de granos. Ese excedente buscará refugio en la compra de insumos, en adelantar pago de servicios o arrendamientos, en cancelar deudas bancarias o comerciales, en cubrir parte de esos pesos buscando realizar inversiones financieras de corto plazo, en comprar materiales para futuras inversiones. Pero todo tiene un límite porque las opciones son limitadas y porque ese dinero hará falta para enfrentar la nueva campaña. O sea que gran parte de los granos se irán vendiendo a medida que se necesite liquidez y ya escucharemos a algunos actores pintorescos hablando sobre especulación y avaricia de los productores que retienen sus granos. A no perder la calma, nada nuevo bajo el sol.
Se va a sembrar: los planes de siembra marcan que se va a sembrar todo lo posible. Con valores de arrendamiento en suba en los campos que valen la pena, con aumentos fluctuando entre 5% y 15% en quintales de soja según zona y ubicación. Es deseable que los dueños de la tierra prioricen rotaciones equilibradas y agricultores que hagan las cosas bien y no sólo el precio por hectárea, pero este es el marco. Si el gobierno no interviene, y si las lluvias recargan los perfiles, la intención de siembra de trigo y cebada es alta. El girasol aparece como un jugador que intenta recuperar superficie empujando a la soja en ciertos ambientes. El maíz cada vez más instalado como un cultivo plástico y resistente. Y la soja…es la soja, sigue siendo la reina, pero se la hace cargar con un lastre del 33% de retenciones que la hace competir en desventaja.
Trigo en puerto Bahía Blanca: en la última semana desaparecieron los cupos para trigo sobre este puerto. No logramos obtener una explicación ni saber si es algo temporal o permanente. Desapareció el precio para abril también, pero se ofrece venta con cobro ahora y entrega junio. Esperemos que el mercado entregue señales claras sobre lo que está pasando.
La macro: la inflación de febrero fue del 3,6%. A este ritmo, para cumplir con el 29% de inflación prevista por el gobierno en el presupuesto se necesitaría que la misma no supere el 2% mensual en los meses que quedan del 2021. Poco probable. El ministro Guzmán anunció un atraso del dólar como mecanismo acordado con el Banco Central para usar como ancla inflacionaria. Esto llevaría a perder competitividad exportadora y menos dólares genuinos. El cóctel de más emisión para cubrir el déficit fiscal, atrasar tarifas de servicios, poner precios máximos que destruyen competitividad de empresas que venden en mercado interno, quitar competitividad a la exportación y cambiar las reglas de juego todo el tiempo llevarán a resultados ya conocidos y explorados muchas veces en nuestro país. Los resultados están a la vista tanto en lo económico como en lo social. El posible crecimiento del PBI en 2021 (5% a 7% estimado) será temporal y con gusto a rebote y no a algo genuino, porque el nivel de inversión inferior al 10% del PBI debería duplicarse para asegurar un crecimiento sustentable. Esto en las empresas se sabe bien. Y todo esto en el marco del Covid, con poca disponibilidad de vacunas y con privilegios irritantes que han deteriorado aún más la imagen del presidente y su equipo este último mes.
Financiamiento: el BCRA prorrogó hasta junio las líneas de financiamiento para inversión productiva de las micro, pequeñas y medianas empresas. Para la adquisición de bienes de capital la tasa será del 30% y para capital de trabajo del 35%. La letra chica del agro dice que para acceder a ellas hay que tener menos de 5% del trigo o de la soja producida, otra arbitrariedad absurda ya que, o es para todas, o es para ninguna. Las tarjetas agro seguirán activas con tasas del 30% al 45% según convenios, y las empresas de insumos siguen proponiendo financiamiento por canje o con pago pesificado entregando cheque electrónico a plazo.
Esta película ya la vimos? Arrendamientos en alza, insumos en alza, precios de commodities altos, excedentes financieros propios y de otros sectores que ingresan a la agricultura como refugio de renta o de tipo de cambio, tipo de cambio “planchado” por año electoral, tasas en pesos que terminan siendo positivas, expectativas de devaluación posteriores. Alguien se acuerda cómo terminó?
Qué pasó con el precio de los granos... (Cotizaciones MATBA/Rofex, posición cercana y cosecha en US$/Tn.)
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