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Bases y principios para la adopción eficiente de robots
Santiago A. Utsumi, PhD., Profesor Adjunto, W.K.Kellogg Biological Station, Michigan State University (Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.)
Introducción
En el actual contexto de precios y costos y de necesidad de captura de mayores eficiencias productivas, los robots de ordeñe (AMS, por sus siglas en inglés: Automatic Milking Systems o VMS por sus siglas: Voluntary Milking Systems) continúan ganando adeptos. Hoy se estima que en el mundo hay más de 60,000 robots operativos y que en el día de hoy unas 3.5 millones de vacas serán ordeñadas por robots. Una cifra inimaginable pocas décadas atrás.
La primera instalación robótica de tipo comercial se realizó allá por 1992 en Holanda. Luego de este exitoso debut, la tecnología prosperó rápidamente hacia el resto de tambos Europeos, predominantemente de tipo familiar y estabulados. De allí, los robots pasaron a sistemas de mayor escala, como son los tambos pastoriles y mixtos de Nueva Zelanda y Australia, y los tambos estabulados de tipo freestall, cama profunda, o compost de Canadá y los Estados Unidos. La adopción de la robótica lechera en nuestros países de Latinoamérica, el Caribe y el Cono sur, es un proceso más incipiente pero se encuentra en plena expansión.
El ordeñe robótico introduce la automatización de procesos en un sistema de ordeñe voluntario, donde cada vaca ejerce libertad plena para establecer su propia rutina de ordeñe. Este concepto novedoso y transformador se presenta en la región como una nueva plataforma tecnología que parece ser que llego para quedarse.
Su principal atractivo para la adopción siguen siendo la flexibilización de los procesos, la simplificación de rutinas laborales y el reordenamiento del negocio. Por un lado, hay una reducción substancial en el trabajo físico para ordeñar vacas, que en tambos convencionales puede representar un 40 a 60% del tiempo de trabajo. Por otro, permite flexibilizar la frecuencia de ordeñes y aumentar hasta un 20% la producción individual por vaca. Otra virtud de la automatización y robótica es la estandarización de la rutina de ordeñe, tanto entre vacas como por cuarto, que elimina casi por completo la ocurrencia de sobre-ordeñe o sub-ordeñe. En cuanto a inversión inicial, si se sugiere que el monto de una nueva instalación robótica es generalmente un 10 a 15% mayor que un sistema convencional de igual capacidad, y se estima que la capacidad de su repago se facilitaría en gran medida con incrementos en producción individual de un 12% y reducciones de mano de obra directa en un 20%.
La intención de este artículo es compartir información sobre las bases y principios que rigen el funcionamiento eficiente de los robots y de su adopción, utilizando datos e información experimental colectada en el tambo Robótico de la Estación Experimental W.K. Kellogg Biological Station de la Michigan State University (MSU), Estados Unidos.
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Fuente:
Santiago A. Utsumi, PhD
Adjunct Professor
W,K, Kellogg Biological Station
Michigan State University